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viernes, 22 de marzo de 2013

Una perrita muy dulce

Bubu nació sorda pero nada ha limitado su vida, solía comer lo que quiere, juega cuando está de humor y solía correr detrás de los autos o de los gansos para mostrar su poderío de Mini maltes.

Siempre ha sido fácil reconocerla, tiene un pelaje blanco que contrasta con su oreja negra, y nunca le ha tenido miedo al mundo. Incluso cuando hace casi tres años comenzó a perder peso y un día, por primera vez mojó su camita. Eso levantó una señal de que era necesario llevarla al doctor, pues al mismo tiempo comenzó a estar muy cansada.

La doctora no tardó mucho en tener un pre diagnóstico, nos dijo que podía ser diabetes, pero que requería ir con un médico internista para confirmar esto con pruebas de sangre.

Bubu conocía bien de doctores y hospitales, desde muy pequeña había tenido que pasar por cirugías y tratamientos, conocía de pastillas, cuidados,  siempre ha luchado y dejado que le hagan lo que quieran, a cambio de una zanahoria.

Como siempre en todo lugar, Bubu volvió a ser declarada la perrita más dulce del turno, siempre con un lengüetazo siempre listo para quien le cuide, solo que en esta ocasión el veredicto fue literal: Bubu tenía una lectura de 820 de glucosa en sangre, por lo que fue declarada diabética con necesidad de tomar insulina cada 12 horas sin falta, su vida dependería desde ese momento de una inyección.


Se estima que 1 de cada 500 perros desarrollan diabetes, aunque existen razas con mayor riesgo de desarrollarla, la diabetes es básicamente la incapacidad el páncreas o las células corporales para producir suficiente insulina, lo cual da como resultado que las células no sean capaces de absorber suficiente glucosa, la cual es liberada en la sangre, es por ello que es posible medir los niveles de la misma a través de pruebas de sangre.

Un estudio publicado en la revista Nature explica que la domesticación de los perros brindó muchas ventajas adaptativas para la especie, pero al mismo tiempo, cuando los perros comenzaron a consumir alimentos ricos en almidón, que era lo que sus amos tenían a la mano debido a las labores agrícolas, si bien permitió el compartir entornos, pudiera ser la clave para comenzar que algunos de ellos, al no poder descomponer el almidón, creará mecanismos degenerativos como los observados en la diabetes.

Es así que Bubu agregó a su vida la insulina como medio de sobrevivencia, limita su dieta, pero no ha dejado nunca las zanahorias, las cuales le gustan cortaditas en trocitos pequeños,  aunque la diabetes ha cobrado su factura, pues hace algún tiempo ella quedó ciega, pero ¡no os preocupéis!, ella sigue viendo la vida como la mayor aventura jamás contada, pues a pesar de las estimaciones médicas, una vida llena de cuidados le ha permitido seguir entre nosotros.

El diagnóstico no es sinónimo de muerte, pero si se requieren algunos cuidados de los perros con diabetes. Seguramente su veterinario tendrá muchas recomendaciones para que tu perro tenga una buena calidad de vida. A Bubu no les gustó la comida especial, pero aprendimos a medir las calorias y a reconocer ciclos dependiendo del nivel de ázucar en su sangre. 

Como toda enfermedad degenerativa, ataca a perros en edad geriátrica, pero ellos siempre tendrán mucho que darnos, a pesar de todas las inyecciones, pues saben que lo hacemos por su bien.  

Si deseas conocer más sobre el tema te recomiendo leer: 


La adaptación de los perros a la dieta con almidón condujo a su domesticación hace 10 000 años: http://www.rtve.es/noticias/20130123/estudio-sostiene-dieta-perros-condujo-domesticacion/604571.shtml

Y espero que no te pierdas las historias de Bubu que siempre tiene algo que compartir: http://bubuunhomenajealavida.blogspot.com/

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